Que las especies se diferencian de otras anteriores, se adaptan y evolucionan es algo demasiado
evidente. Filósofos como Empédocles, o Anaximandro lo sabías más de 500 años
antes de Cristo. Darwin lo demostró hace 150 años y los años posteriores no han
servido más que para afirmarlo . Es de
una evidencia tan contundente (miles de artículos científicos, pruebas
irrefutables…) que en otra situación, cualquiera que lo hubiese puesto en
entredicho habría sido tratado como un tarado por amigos, familia y conocidos…
Pero, la situación es otra y por desgracia en este mundo (y todos los que lo
han precedido) el sentido común ni es sentido ni tan común y aún alguna gente
se atreve a negar la Teoría de la Evolución, y el problema es que no son
tratados como tarados, sino que son escuchados e incluso seguidos por cientos
de miles de personas. Y ésto es peligroso.
Ya cuando Darwin publicó su libro “El Origen de las
Especies” hace más de 150 años, aquellas voces lo tachaban de sacrílego y veían
en él al mismísimo Satanás con barba. Incluso en la British Association (el
foro científico de la época) se mantuvo una acalorada discusión sobre el tema
que se saldó con varios insultos entre los defensores de Darwin y el Obispo Samuel Wildberforce y el desmayo de una señora
(aunque existen varias versiones de los hechos que dicen que no sucedió así
realmente). Lógico en aquella época en la cual aún se discutían cuestiones como
el trabajo infantil o la igualdad hombre-mujer. Pero aquellas voces aún
perviven, y sorprendentemente pretenden discutir un asunto más que zanjado: La
evolución de las especies. Y, lo más gracioso de todo, aportando como prueba
innegable la interpretación libre de un libro simbólico escrito hace unos 3000
años. Y lo intentan vender como ciencia. Si el lector aún no se ha caído de
espaldas y se está revolcando por el suelo de la risa, veamos qué conjunto de
incoherencias (solamente algunas, las más aceptables para que no crean que éste
es un artículo de humor) nos ofrece esta gente para convencernos de que los
animales y el hombre han sido creados por Dios:
-“La Evolución es sólo una teoría” Totalmente de acuerdo. La ley de la Gravedad
es sólo una teoría. La Relatividad es sólo una teoría. En ciencia una teoría es
el conjunto de explicaciones más factibles para un hecho.
-“No hay pruebas evidentes de la Evolución”.
Ésta es la que más me gusta. ¿Cuántas pruebas hay que demuestren que todo
ha sido creado por Dios? Si alguien aportase una sola prueba sería el
científico más importante de la historia. La Teoría de la Evolución está
respaldada por varios siglos de investigación y los descubrimientos actuales la
refuerzan.
-“El hombre no desciende del mono, somos
unas criaturas especiales” Cierto, el hombre no desciende del mono, de
hecho los monos y hombres actuales descendemos de otros hombres y otros monos
del pasado, pero compartimos un antecesor común (como todos los seres vivos de
la Tierra). También es cierto que somos criaturas especiales, en nuestro
contexto. Estoy seguro de que si preguntasen a un gusano si es una criatura
especial, contestaría que sí.
- “Los sistemas naturales son tan complejos
que sólo pueden haber sido creados por un diseñador”.Bueno, esto equivale a
decir “Como mi I-pod es tan complejo y no
he visto cómo ha sido hecho, ha sido hecho por una inteligencia superior” Los
sistemas naturales son resultado de
millones de años de evolución, de millones de años de adaptaciones. Nada
es irreductiblemente complejo.
Estas son sólo
algunas afirmaciones de un enorme rosario de falacias con las que los llamados
“anti-evolucionistas” pretenden justificar una posición retrógrada,
reaccionaria y lo que es más importante: falsa. Mienten y muchos de ellos saben
que mienten.
No consiste en
pelear a Dios con Darwin, ni a la Biblia con El Origen de las Especies.
Consiste en romper el falso conflicto entre religión y ciencia. No hay lugar a
conflicto alguno porque son dos cosas distintas, abarcan dimensiones distintas
del ser humano y, por desgracia, se rigen por principios distintos: las pruebas
y la fé (que consiste en creer sin pruebas). Muchos creyentes ven como prueba
evidente de la existencia de Dios (o dioses) el gran amor que sienten hacia ese
creador. También podríamos sentir un gran amor por los unicornios y ello no
significa que estos existan. Por desgracia, el amor no es válido como
demostración científica, otro asunto es la cuestión espiritual, cuestión
personal y muy respetable de la que no puedo ni debo opinar.
No conozco
demasiado sobre Darwin, pero intuyo que en ningún momento pretendió pelearse
con Dios, sencillamente pretendió ofrecer la explicación más lógica al proceso
más importante de la biología: la evolución de los seres vivos. Los que crearon
la pelea, el conflicto, fueron ellos, los otros, los que se niegan a buscar las
respuestas para la ciencia en los laboratorios y para la fé en los libros o
templos sagrados.
Marcos Vecín