"Se hace saber: en cada plaza, barrio, despacho en el que
cada día se tomen decisiones energéticas, que las promesas de reducción
de gases de efecto invernadero actuales suponen unas consecuencias para
nada deseables. Porque el cambio climático significa crisis de recursos
vitales como el agua o los alimentos, lucha por los recursos escasos,
aumento inevitables de las migraciones humanas, mayor desigualdad, y por
supuesto, más conflictos y violencia.
Irresponsable: con el planeta no se negocia."